rss
email
twitter
facebook

martes, 1 de febrero de 2011

Parece que lo es nada.

El día de hoy me ocurrió algo extraño, bueno... no exactamente "extraño", lo que pasa es que no sé como categorizarlo, pero les contaré.

Hoy en la mañana me compré un delicioso café de avellana y me senté un ratito en una banca, saqué mis audifonos y mi Ipod para no escuchar nada de nada. Estaba pensando en el proyecto de Youtube, sobre el vídeo de todo lo que haces en un día, así que buscaba una canción la cual quedara con el concepto que me estaba manejando... Cuando la encontré, a imaginar escena por escena.

Unos minutos después, vi como llegó un señor algo extraño... Estatura, fácil los 1.80 Algo jorobado, sin calzado y con ropa muy desgastada que no le quedaba. Yo terminé mi café, pero de morboso me quedé viendo al señor, para ver que hacía... Se estuvo tratando de subir un jeans arriba de un "pants" y batalló por mucho tiempo. Se acostó en una banca por un rato y la gente sólo pasaba y se le quedaba viendo, yo también, por supuesto.

Me quité los audifonos por que ya me molestaba el sonido, después de un rato mis oidos se aturden y quieren silencio... Y no podía dejar de ver a ese señor con calcetines rotos, acostado en la banca. Comencé a hablar por celular, ignorando ya todo lo que había a mi al rededor, pero no fue por mucho tiempo pues tuve que colgar ya que me quedaba poca pila y sonaba ese molesto sonido, "tirurú tirurú" -Bateria baja- Colgando, ya era hora de regresar a mis deberes, y me lo estaba mentalizando cuando vi que el señor se paró, se acomodó la chamarra que EN REALIDAD le quedaba apretada, y caminó hacía un bote de basura que estaba a mi lado... Agarró un periódico viejo y se puso en frente de mi.

¡Chánfles! Lo volteé a mirar, pero tuve que levantar toda la cabeza ¡pues estaba bien gigantote! Me quedé impactado, sentí nervios... Sentí peligro por mi vida. Él estiró la mano y yo pensando que me quería hacer daño, retrocedí con un pequeño impulso, pero no había dónde ir.. Yo estaba sentado, algo atrapado. Hasta donde yo sé, ese señor podría ser algún loco de la calle con malas intenciones. Hasta donde yo sé, tal vez quería quitarme algunas de mis pertenencias... Hasta donde yo sé, me sentía con miedo.
Aún así tratando de mostrar seguridad, estreché su mano por un momento... Volteé a ver su rostro: Arqueó las cejas con un gesto amable, aún sin algunos dientes, me dio una gran sonrisa, a pesar de todo... Me dio los buenos días, se volteó y siguió caminando.

Hoy fui víctima del prejuicio, se apoderó de mi... Y al final del día, me hace sentir estúpido.


-Armando-

0 comentarios:

Publicar un comentario