Escalera y yo caminamos mucho, mis pies estaban cansados y parecía que iban a explotar ya que estaban algo inflados. Escalera no se quejaba mucho y yo quize seguir su ejemplo.
Después de 57 días de caminar... Creo que algo nos llamó la atención... Un olor muy peculiar; Muy delicioso la verdad.
El olor era de color azúl-plateado y provenía de una casa blanca que se veía a lo lejos. Decidimos seguir el olor y cuando llegamos a la choza, un señor nos atendió.
"Yo los conozco. Ustedes son Armando y escalera ¿no?"
Si claro que si, nosotros somos esos. ¿Nos invita?... A comer, usted sabe.
"Claro que si, adelante. Adentro nos esperan otros viejos amigos"
-Armando-
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