Al ver que la carta estaba en blanco, comencé a llorar... Pensé que Adiel jugaba conmigo; Ni siquiera quise ir a mi cuarto y me quedé parada... Llorando. Pasó cerca de media hora y decidí entrar... No sabía que pensar ni hacer. Simplemente era incapaz.
Abrí la puerta y estaba apunto de entrar cuando una voz dijo "Hola Elí". Volteé al reconocer la voz de Adiel y al momento de verlo no pude evitar sentir escalofrios de pies a cabeza. Mis manos comenzaron a sudar y mis pies se quedaban sin fuerza.
Adiel, se quedó viendo. Caminó hacía mi y puso sus labios en mi frente mientras me abrazaba. Se quedó callado y entendí... Entendí la última carta en blanco.
Esa noche... Fuí más que feliz.
-Armando-
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